Las parejas tóxicas son incapaces de reconocer su situación, donde ambos se ven sometidos a un desgasto emocional pues están tratando de convencerse a sí mismos de que pueden salvar esa unión.
Cuando tratas de acomodarte a la otra persona lo que haces es convencerte a ti mismo, de que sino muestras malestar sobre ciertos aspectos que te incomodan, evitarás disgustarle o evitarás una nueva confrontación; sin embargo, este autoengaño, desgasta física y emocionalmente pudiendo llegar a poner a la propia vida en peligro.
Aunque exista amor (o algo que se le parezca), hay parejas en las que se producen dinámicas realmente peligrosas, y que pueden rozar el maltrato psicológico, estas dinámicas por lo general se mueven entre la sumisión de un lado y la dominación del otro, la pasividad y el sobre control. La sensación de desvalimiento de uno frente a la sobre idea- idealización del otro a quien se ve como “el salvador”, si bien está dinámica en un primer momento puede ser visto como “romántico”, tal cual nos lo vendieron en los cuentos de hadas o en las series rosa, en realidad resultan sumamente peligrosas, pues refuerzan la asimetría en la pareja.
La psicóloga de la Universidad Continental, Rosario Livano, indicó las siguientes señales ante una posible relación toxica:
1. A uno de los dos o a ambos les molesta de que él otro pase tiempo con amigos o familiares.
2. Controlan de manera excesiva los gastos personales.
3. Investiga tus redes sociales y tu teléfono móvil y te pide explicaciones sobre tus amistades y comunicaciones.
4. Te planifica la vida (actividades, amistades, horarios, gastos) sin pedirte opinión.
5. Cuando te hace un favor, exige que le compenses inmediatamente.
6. Te menosprecia y te da a entender que sin él/ella no serías nadie ni podrías seguir adelante.
7. En reuniones familiares o con amigos, evitas emitir tu opinión sobre algo por miedo a que te reprenda o cuestione.
8. Te prohíbe amistades del sexo opuesto.
9. Usa habitualmente el chantaje emocional contigo: si no haces lo que él/ella quiere, se enfada o amenaza con hacerse daño.
10. Amenaza con hacerse daño si no haces lo que él/ella quiere, y te responsabiliza por sus emociones con expresiones como; “me haces enojar” o “me haces sufrir”, o “mira lo que me haces hacer”.