Un operador de cruceros estadounidense buscaba desesperadamente a centenares de turistas que desembarcaron la semana pasada en Camboya, luego de que una de las pasajeras diera positivo al test del nuevo coronavirus, lo que hace temer una propagación de la epidemia.
La empresa naviera Holland America, propietaria del crucero «Westerdam», trabaja «en estrecha colaboración» con varios gobiernos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y centros de análisis de Estados Unidos «para investigar y detectar a las personas que pueden haber estado en contacto» con la turista infectada.
Tras haber sido rechazados por varios países asiáticos por temor al coronavirus, los 1.455 pasajeros del buque pudieron desembarcar en el puerto de Sihanukville (sur de Camboya), decisión saludada por el presidente Donald Trump, en tanto se encontraban a bordo numerosos ciudadanos estadounidenses.
Más de 1.200 pasajeros del crucero desembarcaron en los días siguientes, luego que algunos se sometieran a un rápido examen médico.
El primer ministro camboyano, Hun Sen, dio la bienvenida personalmente a los primeros en descender, ironizando sobre «la enfermedad del miedo», afirmando que no se había detectado ningún caso a bordo.