Los vecinos los escuchaban ladrar a inicios de la cuarentena, pero con el paso de los días los ladridos fueron apagándose. No entendían qué pasaba en el interior del departamento N° 102 del blok 47 de las viviendas de Doe Run en Marcavalle – La Oroya, hasta que hoy se encontraron con un terrible panorama.
El habitante de dicho inmueble, identificado como Peter Rosales, se marchó cuando comenzó la cuarentena y dejó encerrado a diez de sus perros. Durante los primeros días ladraban y lloraban de hambre y de a poco comenzó a reinar el silencio pero un fuerte olor nauseabundo comenzó a surgir en todo el vecindario.
Los serenos de la provincia de La Oroya ingresaron a la vivienda y encontraron a tres perros flacos y enfermos y otros siete muertos, algunos de ellos con signos de haber sido devorados, al parecer por el resto de los canes.
Miembros de la Policía Nacional levantaron un acta, donde describieron en terrible panorama, con la finalidad que denunciar este caso de maltrato animal, que según Ley Nº 30407 de protección y bienestar animal, prevé sanción hasta con ocho años de prisión efectiva.
Los vecinos al enterarse del hecho quedaron impactados por el caso y algunos no hasta lloraron de impotencia de no haber podido ayudar a las mascotas, que murieron de hambre, olvidados por su dueño.