El 11 de octubre, la profesora de inicial Luz Victoria Lindo Samaniego, de 58 años, salió del centro poblado Balcón en Santo Domingo de Acobamba luego de dictar clases a sus dos pequeños alumnos. Tomó rumbo a Huancayo y, desde ese momento, su rastro se perdió por completo. Ni una huella. Ni un testigo. Nada.
Hoy se cumple un mes de su desaparición. Treinta días de silencio. Treinta días en los que sus hijos, María de 15 años y Héctor de 27, ven cómo pasan los días sin ella y las esperanzas de hallarla viva se esfuma, mientras las preguntas por saber qué le pasó crece cada día, pero las respuestas siguen lejos.
Las brigadas de rescate suspendieron la búsqueda física hace más de una semana. No hallaron indicios, no encontraron huellas, solo un camino abrupto que parece tragarse a quienes lo recorren. Ahora la investigación está en manos del Ministerio Público, que ha orientado el caso hacia un presunto secuestro. Cada testimonio, cada pista, cada referencia es examinada.
El 30 de octubre, el alcalde de Santo Domingo de Acobamba, Olvio Samaniego Estrada, lanzó una advertencia que estremeció a la comunidad. Recordó que Luz Lindo no es la primera persona en desaparecer sin explicación. Un adolescente y un adulto se esfumaron hace algunos años en circunstancias similares. Nunca más se supo de ellos.
La historia se repite, las preguntas también. La desaparición de Luz Lindo abre nuevas especulaciones, pero sobre todo abre una herida que exige respuestas. En Balcón, en Huancayo y en cada rincón donde su nombre se pronuncia, la esperanza tal vez se pierda con el tiempo, pero la búsqueda por la verdad no puede detenerse.
