El Cuarto Despacho de la Quinta Fiscalía Provincial Penal Corporativa de Huancayo logró una sentencia de cadena perpetua para Danny B. Yupanqui E., hallado culpable de robo agravado con subsecuente muerte y banda criminal en agravio de la médico internista Alexandra Sobrevilla Cortijo, cuyo asesinato estremeció a la región.
La Fiscalía también consiguió condenas de 35 años de prisión para los coprocesados Carlos Raúl Huamán Jorge, Kevin Kenny Valer Mescua, Jesús Ángel Vázquez Beltrán y Carlos Iván Vázquez Beltrán, tras acreditarse su participación directa en el brutal ataque y el posterior robo del celular de la joven galena.
Asimismo, los coacusados Carlos R. Jurado E. y Cristian Rojas E. fueron sentenciados a 10 años de cárcel, al demostrarse su responsabilidad en los delitos de banda criminal y receptación agravada, respectivamente.
LOS HECHOS. De acuerdo con la investigación fiscal, la noche del 3 de mayo de 2024, los hermanos Vázquez, junto a Huamán, Valer y Yupanqui, salieron a “chambear” bajo la modalidad de falso taxista. A bordo de los vehículos de placas W4R-317, F2V-438 y W3D-293, merodearon las discotecas del centro de Huancayo manteniendo comunicación constante en “conferencia” para coordinar a sus víctimas.
A la 1:50 a.m. del 4 de mayo, Alexandra y un amigo salieron de una vivienda en Huancayo. Los delincuentes ya estaban apostados entre los jirones Giráldez y Huancas, listos para interceptar a quienes salieran solos. Fue en ese momento que Yupanqui alertó que la joven llevaba una “manzana”, en referencia a su iPhone. Segundos después, Alexandra abordó el taxi conducido por Carlos Huamán, sin imaginar que detrás iban los otros implicados.
A la altura del rompemuelle del jr. 28 de Julio, Huamán detuvo la unidad. Allí subieron Jesús Vázquez y Kevin Valer, quienes redujeron y golpearon a la víctima. En el interior del vehículo la despojaron de su celular y continuaron con la agresión hasta causarle la muerte. Luego abandonaron su cuerpo en un descampado de Jesús María, en El Tambo.
El celular robado fue vendido por 1,000 soles a Carlos Jurado, quien a su vez lo entregó a Cristian Rojas para desbloquearlo y formatearlo antes de revenderlo. Para las 7:00 de la mañana, los integrantes de la banda ya se habían repartido el dinero ilícito.











