La histórica iglesia San Ignacio de Loyola, templo matriz de la provincia de Junín, sufrió el colapso de su torre derecha y campanario luego de semanas de advertencias ignoradas por las autoridades locales.
El pasado mes de octubre el párroco Néstor Juipa Carrión remitió el Oficio N° 014-2025 al alcalde provincial, Elio Zevallos Meza, solicitando una inspección técnica y la declaratoria de emergencia de la torre del campanario, cuya estructura mostraba un avanzado deterioro. “La torre derecha de nuestra iglesia matriz, donde se encuentra la campana, está en estado vulnerable debido a las constantes lluvias y algunos movimientos sísmicos; se ha empezado a desprender la tierra debido a que el segundo y tercer piso son de adobe”, advirtió el sacerdote.
Sin embargo, a pesar que el Concejo declaró la emergencia, algún trabajo concreto de prevención de colapso nunca llegó. Durante la madrugada de este lunes 3 de noviembre, la torre se vino abajo, dejando una montaña de escombros en plena vía pública.
Fuentes de la Dirección Desconcentrada de Cultura de Junín confirmaron que el templo no está declarado como patrimonio cultural, pero anunciaron el envío de especialistas en patrimonio histórico inmueble para una evaluación técnica y estructural inmediata.
El desplome de la torre de San Ignacio de Loyola vuelve a poner en evidencia la fragilidad del patrimonio religioso en la región y la desidia de las autoridades frente a las advertencias. Un símbolo de fe que, por falta de acción, terminó desplomándose.
