La inflación en Argentina subió 6 por ciento en enero y comparada con el mismo mes de 2022, el costo de vida se disparó 98.8 por ciento, cifra que confirma a la tercera economía latinoamericana como una de las de mayor inflación en el mundo.
Desde hace una década, Argentina registra índices de inflación anual de dos cifras, pero la escalada de precios sufrió una fuerte aceleración desde 2018, año en que alcanzó 47.6 por ciento. En 2019 el encarecimiento de la vida fue de 53.8 por ciento, con una baja a 36.1 por ciento en medio de la pandemia en 2020, para volver a crecer en 2021 50.9 por ciento y dispararse en 2022 a 94.8 por ciento.
El gobierno del presidente Alberto Fernández presupuestó para 2023 un índice acumulado de 60 por ciento, pero el Banco Central y las más grandes consultoras y bancos del país prevén que la inflación anual llegará a 97.6 por ciento.
El ministro de Economía, Sergio Massa, ha reconocido que la inflación desbocada es su mayor problema.
El ministro renovó en febrero un acuerdo voluntario de “Precios Justos” con supermercados y empresas de alimentos, higiene, indumentaria, telefonía, educación y otros rubros, para desindexar la economía con aumentos previstos de 3.2 por ciento mensual hasta junio en unos 2 mil productos.
Con la inflación al tope de las preocupaciones de los argentinos, el gobierno de Fernández se había propuesto como meta una paulatina desaceleración hasta 4 por ciento mensual en los primeros meses del año y así mejorar las perspectivas electorales del oficialismo de cara a la elección presidencial de octubre.