En medio de un régimen de excepción que restringe las libertades individuales, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, inauguró una cárcel llamada «Centro de Confinamiento del Terrorismo».
En el país con la mayor tasa de población carcelaria del mundo, el recinto penitenciario tendrá la capacidad de albergar a miles de reclusos en el contexto de lo que el gobierno salvadoreño califica como una «guerra» contra el crimen iniciada en marzo del año pasado.
Esta cárcel «tendrá espacio para 40.000 terroristas, quienes estarán incomunicados del mundo exterior», había afirmado Bukele previamente en un mensaje publicado en Twitter en julio, aunque se cree que la capacidad del enorme edificio será mayor.
El complejo, construido en una zona rural cerca de Tecoluca, unos 74 kilómetros al sureste de la capital San Salvador, será custodiado por más de 600 efectivos de las Fuerzas Armadas y 250 de la Policía Nacional Civil, según datos entregados por el gobierno.