El 6 de agosto del 2022 el entonces presidente Pedro Castillo llegó a Chacamarca en la provincia de Junín y anunció la ejecución de la Carretera Central. El 6 de agosto del 2023, Dina Boluarte, que gozaba de sus primeros ocho meses de presidenta también visitó las pampas de Junín y repitió el mismo anuncio, como quien leyera el mismo papel dejado por su otrora amigo de campaña.
Todo hacía indicar que este año, en que se celebra el bicentenario de aquella tenaz decisión del liberteño José Andrés Rázuri Esteves que dio pie a la victoria del 6 de agosto de 1824, Dina Boluarte iba a rebuscar otra vez el papelito y repetir el mismo bien redactado discurso para decir que la Carretera Central es el gran regalo para Junín y que bien servidos debemos sentirnos.
Lo digo porque desde el Gobierno Central no hay nada de nada por esta efemérides americana: Nada de proyectos, nada de obras, nada de presupuesto, nada para esa población junina que mira con tristeza las pampas de Chacamarca, toda vez que 200 años después de aquella cruenta batalla, el desarrollo es gélido todavía.
Prueba de ello es que durante su reciente visita a Tarma, Dina Boluarte llegó con las manos vacías por contados minutos, ni siquiera recogió el papelito ese para leerlo de nuevo. Esta demás referir al tremendo descontento que eso ha generado en la región entera, por tener una (primera) presidenta más fría que sus antecesores.
La provincia de Junín se cansó del discurso bonito, de la poesía que solo les hace recordar que sus pampas se llenaron de sangre aquel 6 de agosto y ahora -200 años después- con toda justicia exigen aquel dote que les fue negado en estos dos siglos.
Para hacer algo hasta el 6 de agosto, ya no hay tiempo, pero sí para tirar aquel papelito donde están escritos los meros anuncios y hacer números en los ministerios para destinar recursos a fin de ejecutar obras de real envergadura para esta provincia. Ojalá.