Una disculpa con olor a soberbia, menosprecio y pisoteo a la palabra empeñada
Todos nos preguntamos cuán difícil resulta suspender un viaje de visita y casi de rutina para escuchar los reclamos de comuneros deseosos de hacer cumplir la palabra de un político. Nos preguntamos también qué habrán pensado aquellas mujeres que acabaron lesionadas cuando escucharon las disculpas de un gobernador que parecía no tener prisa por atenderlas.
Cuando los comuneros de Chongos...